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15/03/2018
Autoridades presentes, estimados docentes, familias, queridos alumnos, tengan todos muy buen día.
Hace apenas cien años, cuando aún se contabilizaban las millones de vidas truncadas por la Primera Guerra Mundial, un grupo de jóvenes idealistas irrumpían en la escena político-cultural de nuestro país, dando inicio a una lucha que culminaría con la democratización de la cultura y la enseñanza a lo largo de todo el continente americano.
Junto con aquel movimiento reformista de 1918, (que este año conmemoramos), pudimos ver cómo, vertiginosamente, los jóvenes fueron capitalizando otros compromisos históricos. Y no sólo se abocaron a denunciar las injusticias de un sistema-mundo que consideraban corroído y nocivo para el devenir humano, sino que se involucraron abiertamente con las transformaciones que el convulsionado siglo XX les exigía.
Seguramente todos estos jóvenes hayan obrado pensando en un mañana mejor. Creo, sin embargo, que la intencionalidad de sus actos siempre se urdió en la idea de cambiar “algo de sus presentes”, algo de ese momento que les tocó vivir. Aún hoy, y viviendo de la herencia idealizada por muchas generaciones de cambio, podemos apreciar cómo nuestro tiempo nos impone también nuevos desafíos. ¿Y cuál es la clave para superar los desafíos de éste, nuestro presente? Es, sin dudas, la misma que pensaron nuestros reformistas de 1918: la educación. Sólo el conocimiento puede abrirnos la ventana al mundo que nos rodea, y sólo a partir del conocimiento podremos pensar el mundo que queremos; un mundo que no necesariamente debe hallarse siempre distante en la línea del horizonte.
Así que me siento muy complacido de verlos aquí nuevamente, dando inicio a este nuevo ciclo lectivo, dispuestos a prepararse para ser los verdaderos protagonistas de su tiempo, los líderes de sus destinos. Esa es nuestra meta.
Por ello su escuela, ansiosa y rozagante, quiere darles la bienvenida y desearles un año colmado de logros y gratos momentos.
Quiero agradecer especialmente a las familias por su esfuerzo, por su confianza, y por creer, como nosotros, en la educación como el más preciado legado que les podemos brindar a nuestros hijos.
Muchísimas gracias por acompañarnos y, como remataba una vieja canción: “Estudiantes, a estudiar”! Feliz inicio!!!