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08/06/2020
El brote de COVID-19 se ha propagado de forma muy rápida en 2020, generando una crisis que pone en riesgo, en primer lugar, a la vida humana. En estos tiempos sin precedentes, hay mucho que considerar. La salud y la seguridad de las personas en todo el mundo es la prioridad, para atenderla los gobiernos han adoptado medidas que han afectado a la actividad económica.
Las normas promulgadas para prevenir la transmisión del virus incluyen limitaciones al movimiento de personas, restricciones de vuelos y en otras formas de desplazamiento, cierre temporal de negocios y centros educativos, entre otras. Estas medidas están teniendo un impacto inmediato en sectores como el turismo, el transporte, el comercio minorista y el entretenimiento. Pero también ha comenzado a afectar a las cadenas de suministro y producción de bienes en todo el mundo y el descenso en la actividad económica está reduciendo los niveles de demanda.
Estas consecuencias, sin duda, van a tener el correspondiente reflejo en las cuentas anuales de todas las empresas y los efectos van a ser de índole cuantitativo y cualitativo. La empresa deberá evaluar cuidadosamente las implicancias contables sobre el proceso de preparación de la información financiera, para que la misma resulte adecuada.
En este contexto, la transparencia es la clave. Existe una necesidad vital de información fiable para recuperar la confianza en tiempos de incertidumbre, y parte de ella se proporcionará a través de los informes financieros.
Principales variables a revisar
Es probable que a esta altura la mayoría de las entidades tengan cerrado o casi cerrados sus balances 2019. Sin embargo sería muy importante que evalúen el impacto de la crisis del coronavirus en su negocio y estimen los riesgos o incertidumbres hacia el futuro, como así también cualquier acción de mitigación que deba incluirse como parte de la información provista por los estados contables.Recordemos que los estados contables anuales son una fuente de información primaria y sustancial para la toma de decisiones por una gran cantidad de actores económicos (bancos, inversores, el estado, organismos internacionales, etc). Entre los aspectos más relevantes a considerar por las compañías podemos encontrar:
Los efectos indirectos de una menor actividad económica, deben ser considerados por todas las entidades, no sólo aquellas en los territorios más impactados por la difusión del virus y obligarán a las empresas a repensar ciertas cuestiones claves, tales como:
La lista detallada anteriormente no es exhaustiva, será necesario tomar medidas para prever estos y otros problemas. Sería deseable que la empresa identifique las áreas más afectadas por la situación, desde un enfoque multidisciplinario, no se trata sólo de cuestiones contables sino que abarca aspectos legales, como contratos y sus cláusulas. Hecho esto, se deberán elaborar planes de acción concretos que permitan abordar cada uno de los problemas detectados, y al efecto de un adecuado monitoreo, la empresa podría elaborar un cuadro de mando, que a través de ciertos indicadores definidos, permita visualizar la evolución de las variables críticas.
Una planificación sólida y una buena comunicación serán claves para vislumbrar el futuro con menor incertidumbre. La presentación de informes financieros que brinden datos relevante sobre los efectos de la crisis en la posición financiera y la viabilidad de la empresa, tanto como las medidas adoptadas para gestionar los riesgos, van a desempeñar un papel muy importante en la comunicación entre las empresas y sus interesados en este período turbulento.
Directora de Carrera Contador Público y Lic. en Adiministración
Universidad Abierta Interamericana